lunes, 23 de mayo de 2016

Huetor Tajar antes del de hoy




En el pots anterior decía que al leer el libro escrito por mi sobrino Victor se han despertado en mi, recuerdos que se hallaban dormidos y que acaecieron  hace muchos años, cuando yo viví en ese pueblo. Llegue allí con dos niños de corta edad, habitamos una casa grande que compartimos con un hermano de mi marido y su mujer, una señora encantadora y que hizo allí mas fácil mi estancia. Allí nació mi primera niña que me hizo la vida mas alegre ya que por varias circunstancias esta no fue como hubiera deseado.
No me explicaba cómo siendo tan pocos los kilómetros que separaban este pueblo del mío, hubiera tanta diferencia en sus habitantes y costumbres. Me llamaba mucho la atención que en pleno centro de la ciudad, las casas estuvieran todo el día abiertas, las puertas con una cortina en el exterior que además de protegerlas del sol, servían de parapeto a sus moradoras, que se envolvían en ellas   dejando al descubierto la cabeza para echar una ojeada a la calle.  En realidad, era un pueblo triste para las mujeres, donde los hombres pasaban mucho tiempo en los bares,dejando todo el peso de la casa y los hijos a las mujeres.
Otra cosa que contribuía  a  hacerlo mas triste eran los lutos. Estos eran rigurosos y largos porque ¿quien no ha perdido a un ser querido?..esto se hacia muy notable en la iglesia porque había muchas señoras de negro;  éstas siempre ocupaban los bancos de la derecha mientras los hombres lo hacían a la izquierda, con sus brazaletes negros y los más osados llevaban ¡¡¡un botón negro en la solapa!!!,  esto hacia todo mucho más triste. En algunas casas sus mujeres parecían haber salido directamente de `` La casa de Bernarda  Alba´´. También me viene a la cabeza la novela de Carmen Martín Gaite `` Entre visillos´´porque habia muchas señoras que a través de estos escudriñaban a vecinas y transeúntes y aunque no salieran,  estaban al corriente de todo.Podía estar hablando de  estas cosas mucho tiempo ´pero por hoy lo dejo. Otro dia seguiré con esas cosas tan curiosas que pasaban en los pueblos

sábado, 21 de mayo de 2016

En busca de la nada...




Hoy al terminar de leer el libro titulado ``En busca de la nada´´ del escritor   Victor Ayllón Caliz me han venido a la memoria tantas cosas...Este libro está dedicado a  Huetor Tajar el pueblo del autor donde yo viví hace muchos años, como algo más de medio siglo por lo cual el pueblo no era el mismo que el de ahora. Este ha tenido una transformación grande tanto en su fisonomía como en sus gentes. Hoy sigue siendo un pueblo agrícola, pero sus vecinos han evolucionado, sobre todo los más jóvenes, aunque en algunas cosas quedan reminiscencias del pasado como un arraigo desmesurado a su tierra, ademas  de dichos y costumbres que no acaban de desaparecer.

La verdad que es un pueblo muy llano y cómodo , pero cuando yo llegue a él me chocaba mucho su manera de vivir y sus tradiciones.

Hoy muchos de aquellos niños que allí vivieron han cursado estudios universitarios, y por sus distintas profesiones salieron del pueblo a otros lugares. Otros han triunfado en su mismo pueblo como en el caso del autor de este libro. Victor ha tenido un mérito muy grande al conseguir de la nada muchas cosas, con su esfuerzo, su inteligencia y entusiasmo y que dadas estas características, seguro que si hubiera vivido en una gran ciudad, donde tantas oportunidades hay, hubiese llegado muy alto, pero el ha elegido triunfar en su tierra y sobre todo ser feliz,que al fin y al cabo es lo que importa al ser humano.

En otro pots escribiré algo de los años que viví en Huétor Tajar.









lunes, 9 de mayo de 2016

Feria de Jerez



Volví de la feria de Jerez con una sensación que no sabría explicar.Por una parte estaba feliz por haber compartido unos días felices con mis hijos pero por otra fueron tan diversas las cosas que viví en tan pocos días que no me dio tiempo a asimilarlas.

Era la primera feria que disfrutaba después de morir Miguel , y pisar el albero de nuevo sin él , sentí tristeza  porque  tanto le gustaba esa feria, que estuvimos disfrutándola durante muchos años.


Al encenderse la iluminación , cuando parece que el firmamento se ilumina tuve que hacer un gran esfuerzo para que la lágrimas no brotaran de mis ojos; después volver a ver el piso  donde tantos años vivimos felices, conversar con vecinas y amigas, y recorrer las calles que tantas veces pisé,  tenerlo que hacer ahora en silla de ruedas, la verdad que fue todo duro tanto para mis hijos como para mí.

Mis hijos yernos y nuera me colmaron de atenciones: para mí fue muy emocionante ver a mi hija Paqui bailar las sevillanas sin que nadie se percatara de que era ciega , solamente los que lo sabemos desde hace años, estaba muy guapa  y alegre y sus hermanos igual que yo sé que se emocionan también al verla tan feliz

Lo que puedo decir de este viaje que mis hijos  llevaban tiempo queriendo llevarme pero no me encontraba preparada para tantas emociones, y hoy les doy las gracias por querer hacerme feliz,aunque creo que no he sembrado tanto para recoger tan buenos frutos pero ellos así lo creen. Gracias a todos, y a ti Miguel en el noveno aniversario de tu muerte todos te recordamos como siempre.