Al llegar a cierta edad y si tienes un día triste...te sientas a reflexionar sobre la vida; esa vida que se te escapa a pasos agigantados.
Vuelves la vista atrás y con cierta nostalgia piensas en tu juventud y más lejana aún, en tu infancia, que también vivimos todos los que ya somos mayores y que como niños, no era uno consciente de los horrores que habían vivido nuestros padres y el conjunto de la sociedad. Sólo veías iglesias destrozadas por el fuego, y mucha gente pobre que en gran cantidad pedían por las casas; a los que había que socorrer los que medianamente podían. Esa imagen se grabó en mi retina de niña y el paso del tiempo no ha conseguido borrar, al igual que las palabras que mi madre solía repetir `` DIOS QUIERA QUE MIS HIJOS NO TENGAN QUE VIVIR UNA GUERRA´´
Así continuo mi vida y la de tantas personas de aquella época, hasta llegar a la juventud donde tantas prohibiciones había, donde todo era pecado...,la represión tan grande por parte de los padres, y piensas en la juventud de ahora, que tantas cosas tienen a su alcance y sientes la frustración en tu interior al ver que ya, aunque tu pongas empeño, no puedes avanzar en nada.
Sólo puedes contar con la experiencia que te dan los años. Antes esto era muy valioso, pero ahora no sirve de nada.